Modo de Rezar el Santo Rosario Josefino
CREDO
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su Único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilatos, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
Enunciar el primer misterio, por ejemplo decir: Primer misterio
Contemplamos a San José, EL HOMBRE JUSTO a los ojos de Dios.- (Mt. 1,18-21.24).
El nacimiento de Jesucristo fue así: María, su madre, estaba comprometida con José y cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ELLA proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo a quien pondrás el nombre de Jesús, porque ÉL salvará a su pueblo de todos sus pecados”.
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: ” La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel, que significa: ‘Dios-con-nosotros'”.
Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado y recibió en su casa a su esposa. Y sin que tuvieran relaciones dio a luz un hijo al que José puso el nombre de JESÚS.
Reflexión: San José se adhirió, con total confianza, al proyecto de Dios sobre él. ¿Y nosotros nos dejamos guiar en nuestras opciones por la Palabra de Dios y por la Palabra de la Iglesia?, si se nos hace difícil vivir conforme a la voluntad de Dios; pidamos a San José nos ayude a lograrlo; para que nos sintamos en paz y alegría.
(Padrenuestro, 10 Ave María, Gloria…)
Segundo misterio
Contemplamos a San José, EL ESPOSO VIRGINAL, de María Santísima. (Lc. 1,34-38).
María entonces dijo al Ángel: “¿cómo podré ser madre, si yo no convivo con ningún hombre?”. “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el Niño será Santo y se lo llamará Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril ya se encuentra en su sexto mes de embarazo, porque no hay nada imposible para Dios”. María dijo entonces: “Yo soy la servidora del Señor; que se cumpla en mí lo que has dicho”. Y el Ángel se alejó.
Reflexión: El matrimonio, entre bautizados, es sacramento, signo del amor entre Cristo y la Iglesia. Es un camino hacia la santidad cristiana. El matrimonio se vive cristianamente cuando el diálogo, el mutuo amor, la misma procreación y la educación de los hijos corresponden plenamente al proyecto de Dios expresado en la Palabra revelada y en la enseñanza de la Iglesia. La Sagrada Familia de Nazaret sea para todas las familias modelo de unión, virtudes domésticas y santidad.
(Padrenuestro, 10 Ave María, Gloria…)
Tercer Misterio
Contemplamos a San José, EL EMIGRANTE LLENO DE CONFIANZA, en la huída a Egipto. (Mt. 2, 13-15).
Después de la partida de los Magos el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. José se levantó de noche, tomó al niño y a su madre, y se fue a Egipto. Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta:” Desde Egipto llamé a mi hijo”.
Reflexión: Los padres cristianos tienen que poner su mayor cuidado para defender a sus propios hijos en la vida física, moral y espiritual. Hay muchos “Herodes” en el mundo de hoy, que causan un inmenso peligro especialmente para los niños y jóvenes.
(Padrenuestro, 10 Ave María, Gloria…)
Cuarto Misterio
Contemplamos a San José, EL SABIO JEFE de la Sagrada familia. (Lc.2,51-52; Mt.13,54-55a).
Y Jesús regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas estas cosas en su corazón. Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres. Jesús, volviendo a su Patria, enseñaba en la Sinagoga, de tal manera que se decían maravillados:”¿No es este el hijo del carpintero?”.
Reflexión: Una familia se rige también por la presencia sabia, atenta y cariñosa del padre. El diálogo entre padres e hijos y la oración en común ayudará a la familia a descubrir y realizar el proyecto de Dios.
(Padrenuestro, 10 Ave María, Gloria…)
Quinto Misterio
Contemplamos a San José, EL FIEL OBSERVANTE de las fiestas religiosas. (Lc. 2, 41-43).
“Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre y acababa la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta”.
Reflexión: La religión debe vivirse también *juntos* en familia. Los padres no deben decir a sus hijos: “¡Vayan a misa…, vayan a la iglesia…, vayan a confesarse…, recen las oraciones!”. Los padres deben decir en cambio: “¡Vamos a misa, a confesarnos, etc…”! La vida familiar es una vida de comunión, debe sentirse y vivirse comunitariamente, con mucha fuerza”.
(Padrenuestro, 10 Ave María, Gloria…)
Al terminar los cinco misterios: Rezar la Salve Josefina.